lunes, 22 de marzo de 2010

Henry Cavendish



Henry Cavendish, físico y químico británico (10 de octubre de 1731 - 24 de febrero de 1810), nació en Niza (Francia) de padres británicos pertenecientes a la acaudalada y respetada nobleza inglesa: Lord Charles Cavendish duque de Devonshire y Lady Ann Gray.

A los 11 años entró a estudiar en la Escuela de Newcome (en Hackney), ingresando a los 18 años (1749) en la Peterhouse, Universidad de Cambridge. En esa época destacó por ser un alumno aplicado, callado, muy tímido, reservado y encerrado en su mundo (sus profesores solían decir que siempre estaba en la luna), aunque en realidad se dedicaba a razonar y reflexionar sobre diversos temas científicos.

Cavendish es especialmente conocido por sus investigaciones en la química del agua y del aire, y por el cálculo de la densidad de la Tierra.

Sus primeros trabajos trataban sobre el calor específico de las sustancias. En 1766 descubrió las propiedades del hidrógeno. Su trabajo más célebre fue el descubrimiento de la composición del agua. Afirmaba que “el agua está compuesta por aire deflogistizado (oxígeno) unido al flogisto (hidrógeno)”. Es autor del tratado Factitious Airs ("Sobre el Aire Ficticio") en el que analiza la composición del aire.


Mediante lo que se conoce como ‘experimento Cavendish’, que describió en su trabajo Experiences to determine the density of the Earth (1789), determinó que la densidad de la Tierra era 5,45 veces mayor que la densidad del agua, un cálculo muy cercano a la relación establecida por las técnicas modernas (5,5268 veces).
Cavendish también determinó la densidad de la atmósfera y realizó importantes investigaciones sobre las corrientes eléctricas.


Cavendish demostró experimentalmente que la ley de la gravedad de Newton se cumplía igualmente para cualquier par de cuerpos. Para ello utilizó una balanza de torsión en un famoso experimento, conocido como el experimento de Cavendish o experimento de la balanza de torsión, en el que determinó la densidad de la Tierra. A partir de su experimento, ya en el siglo XIX, fue calculada la constante universal G, que fue reconocida como una de las constantes fundamentales de la naturaleza. Cavendish en su trabajo no necesitó calcular esta constante para su propósito, no obstante, es un común anacronismo el atribuirle a Cavendish el descubrimiento o la primera medida del valor de esta constante.

Fue uno de los fundadores de la moderna ciencia de la electricidad, aunque gran parte de sus trabajos permanecieron ignorados durante un siglo. Propuso la ley de atracción entre cargas eléctricas (ley de Coulomb) y utilizó el concepto de potencial eléctrico. El excéntrico Cavendish no contaba con los instrumentos adecuados para sus investigaciones, así que medía la fuerza de una corriente eléctrica de una forma directa: se sometía a ella y calculaba su intensidad por el dolor.
Ingresó como socio de la prestigiosa Royal Society en 1803.


En el ámbito personal era muy retraído, solitario, misógino y excéntrico; perteneció a la Sociedad Lunar de Birmingham, un grupo de amigos científicos (ellos mismos se llamaban los lunáticos) que dieron este nombre a su club porque se reunían las noches de Luna Llena (al parecer para poder regresar a casa tarde, tras las reuniones, alumbrados por su débil luz). En esta curiosa sociedad científica se desarrollaron algunos de los principales experimentadores ingleses, como por ejemplo el químico Joseph Priestley, íntimo amigo suyo, James Watt (inventor de la máquina de vapor), el astrónomo William Herschel o Erasmus Darwin entre otros.

Tras su fallecimiento a los casi 80 años dejó abundantes notas, cajas repletas de experimentos de todo tipo (muchos de ellos eléctricos) y una cuantiosa fortuna.

El Laboratorio Cavendish Cavendish Laboratory y la Cátedra Cavendish en la Universidad de Cambridge, instalados en el Departamento de Física y fundado en 1874, reciben su nombre en su honor y fueron fundados tras una importante donación de dinero por William Cavendish.

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