Consigue dos lentes convergentes de distinta distancia focal. Te aconsejo una de 30 cm y otra de 5 cm.
Consigue dos tubos de cartón de modo que uno entre ajustado dentro del otro. Si no los consigues puedes cortar uno a lo largo y encajarlo encima del otro. También puedes hacerlos de cartulina.
Corta el tubo exterior de 30 cm y el interior de unos 10 o 15 cm (no es necesaria mucha precisión porque solo es para moverlo dentro del otro y poder enfocar). Traza una línea recta a lo largo del tubo pequeño y divídela en cm.
Usando cinta adhesiva transparente coloca en el extremo del tubo más largo la lente menos convergente (la más delgada) y en el extremo del otro tubo la más convergente. Hazlo con cuidado para que las lentes queden en un plano paralelo a la sección del tubo ya que esto te facilitará que quede alineado el eje óptico de las dos lentes.
¡Ya tienes tu telescopio!. Ahora solo tienes que enfocar con él y practicar. Recuerda que la parte del tubo con la lente más gruesa debe estar cerca del ojo.
Mueve el tubo pequeño dentro del grande para enfocar. Fíjate que solo se forma un pequeño círculo de luz en la lente ocular y en ella es donde debes observar. Esto quiere decir que debes poner el ojo en el eje óptico del sistema. El ojo debe estar en el foco de la lente ocular.
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