Luigi Galvani, médico, fisiólogo y físico italiano, sus estudios le permitieron descifrar la naturaleza eléctrica del impulso nervioso.
La electricidad y el impulso nervioso
A mediados del siglo XVIII se habían comenzado a traducir al italiano varios libros sobre electricidad, los que habían atraído mucha atención del público y los científicos
En 1774 salió a la venta el célebre libro de Benjamín Franklin sobre el tema, y su lectura capturó la imaginación de Galvani, especialmente sobre las posibilidades de la teoría frankliniana del "fluido único". Franklin afirmaba que cualquier fenómeno eléctrico era causado por un fluido eléctrico (la "electricidad positiva"), mientras que la ausencia del mismo podía considerarse "electricidad negativa". Galvani encontró especialmente interesantes las implicaciones de la teoría del fluido respecto de la Botella de Leyden, básicamente uno de los primeros tipos de capacitor jamás construidos.
El descubrimiento
Alessandro Volta.
A partir aproximadamente de 1780, Galvani comenzó a incluir en sus conferencias pequeños experimentos prácticos que demostraban a los estudiantes la naturaleza y propiedades de la electricidad. En una de estas experiencias, el científico demostró que, aplicando una pequeña corriente eléctrica a la médula espinal de una rana muerta, se producían grandes contracciones musculares en los miembros de la misma. Estas descargas podían lograr que las patas (incluso separadas del cuerpo) saltaran igual que cuando el animal estaba vivo.
El médico había descubierto este fenómeno mientras disecaba una pata de rana, su bisturí tocó accidentalmente un gancho de bronce del que colgaba la pata. Se produjo una pequeña descarga, y la pata se contrajo espontáneamente. Mediante repetidos y consecuentes experimentos, Galvani se convenció de que lo que se veía eran los resultados de los que llamó "electricidad animal". Galvani identificó a la electricidad animal con la fuerza vital que animaba los músculos de la rana, e invitó a sus colegas a que reprodujeran y confirmaran su descubrimiento.
La electricidad y el impulso nervioso
A mediados del siglo XVIII se habían comenzado a traducir al italiano varios libros sobre electricidad, los que habían atraído mucha atención del público y los científicos
En 1774 salió a la venta el célebre libro de Benjamín Franklin sobre el tema, y su lectura capturó la imaginación de Galvani, especialmente sobre las posibilidades de la teoría frankliniana del "fluido único". Franklin afirmaba que cualquier fenómeno eléctrico era causado por un fluido eléctrico (la "electricidad positiva"), mientras que la ausencia del mismo podía considerarse "electricidad negativa". Galvani encontró especialmente interesantes las implicaciones de la teoría del fluido respecto de la Botella de Leyden, básicamente uno de los primeros tipos de capacitor jamás construidos.
El descubrimiento
Alessandro Volta.
A partir aproximadamente de 1780, Galvani comenzó a incluir en sus conferencias pequeños experimentos prácticos que demostraban a los estudiantes la naturaleza y propiedades de la electricidad. En una de estas experiencias, el científico demostró que, aplicando una pequeña corriente eléctrica a la médula espinal de una rana muerta, se producían grandes contracciones musculares en los miembros de la misma. Estas descargas podían lograr que las patas (incluso separadas del cuerpo) saltaran igual que cuando el animal estaba vivo.
El médico había descubierto este fenómeno mientras disecaba una pata de rana, su bisturí tocó accidentalmente un gancho de bronce del que colgaba la pata. Se produjo una pequeña descarga, y la pata se contrajo espontáneamente. Mediante repetidos y consecuentes experimentos, Galvani se convenció de que lo que se veía eran los resultados de los que llamó "electricidad animal". Galvani identificó a la electricidad animal con la fuerza vital que animaba los músculos de la rana, e invitó a sus colegas a que reprodujeran y confirmaran su descubrimiento.
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